El compromiso de Bethany con la protección y promoción de los Derechos Humanos

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El término “Derechos Humanos” se menciona siete veces en la Carta fundacional de las Naciones Unidas, por lo que su promoción y protección son objetivos fundamentales de la comunidad internacional. Esto significa, que si importar el régimen político que impere en un determinado país o región, garantizar los derechos humanos fundamentales es un compromiso que hoy se asume de forma universal.

En 1948, la Declaración Universal de los Derechos Humanos sitúo los derechos humanos en el terreno del derecho internacional. Desde entonces, la comunidad internacional, en cooperación con el sector privado, las organizaciones sin ánimo de lucro y la sociedad civil se han comprometido de forma activa en la protección de los derechos humanos mediante instrumentos legales y acciones concretas sobre el terreno.

El compromiso por los derechos humanos es el compromiso ético de los ciudadanos y la comunidad internacional por una sociedad democrática, respetuosa con las diferencias, capaz de trabajar para buscar soluciones a realidades de exclusión, de discriminación e injusticia, sin importar las diferencias sociales, etnia, nacionalidad, sexo, raza o religión, en la búsqueda de puntos de encuentro social frente a situaciones contradictorias que conllevan a conflicto o que son causadas por diversos conflictos.

Sin embargo, a pesar del gran compromiso global por los derechos humanos y del amplio reconocimiento del que estos gozan en el derecho internacional, todavía persisten muchos obstáculos que impiden su plena realización. En algunas regiones, la guerra, el hambre, el desplazamiento forzado o las crisis económicas y políticas se sitúan como grandes focos de conflicto que dan lugar a violaciones sistemáticas de los derechos humanos, bien sea de forma intencional o inintencional.

Los derechos de los migrantes venezolanos amenazados por la crisis y el hambre

Alrededor del mundo más de 800 millones de personas padecen hambre, cerca de 400.000 niños mueren cada año de malaria y otras enfermedades infecciosas, más de 150 millones de niños se encuentran trabajando y fuera de la escuela, miles de personas son víctima de la trata para el trabajo forzado y 1600 millones de personas carecen de condiciones dignas de habitabilidad o vivienda. Todas estas condiciones y fenómenos constituyen en sí mismas una negación de los derechos humanos de las personas, por lo cual son realidades que están llamadas a ser erradicadas por medio del trabajo mancomunado de toda la sociedad.

En América Latina, la grave crisis social, económica y política por la que atraviesa Venezuela desde hace varios años, ha llevado a que millones de venezolanos vean sus derechos humanos seriamente amenazados. De acuerdo a la organización Oxfam, el 30 por ciento de los menores de 5 años en Venezuela sufren de desnutrición, más del 90% de la población del país se encuentra en condiciones de pobreza y el 76.6% de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza extrema. Entre 2014 y 2021 se ha reducido el empleo formal en 21,8 puntos porcentuales, lo que significa 4,4 millones de puestos de trabajo perdidos, el 70% son del sector público y el 30% del privado. Solo en el 2020, debido a la crisis ocasionada por la pandemia del coronavirus, desaparecieron 1,3 millones de empleos lo que ha llevado a que 1 de cada 2 trabajadores esté por cuenta propia.

En medio de todas estas condiciones, millones de personas han optado por salir del país. 1.750.000 han viajado hacia Colombia en busca de mejores condiciones de vida. Aún así, a su llegada a sus nuevos destinos, los migrantes venezolanos se enfrentan a múltiples desafíos como el desempleo, la falta de vivienda, la violencia intrafamiliar, así como la falta de recursos y capital social para iniciar una nueva vida.

A sus condiciones de carencias materiales, y de falta de redes de apoyo, los migrantes frecuentemente se enfrentan a la discriminación y la xenofobia en sus comunidades de acogida, lo cual puede agravar su situación y exponerlos a riesgos mayores. Muchas veces los más afectados por estas condiciones suelen ser los menores de edad, quienes se encuentran en las etapas de desarrollo psicológico, emocional e intelectual. La carencia de una alimentación adecuada, de educación y de contacto con sus familias puede exponer a los menores a riesgos como el trabajo infantil o la trata de personas.

La labor de Bethany en la protección y promoción de los Derechos Humanos

En este contexto, Bethany se ha comprometido de forma activa con la protección y la promoción de los derechos humanos de las comunidades migrantes más vulnerables, en especial de los niños, niñas y adolescentes y de las mujeres, quienes se constituyen como los eslabones fundamentales de la familia o como las poblaciones que enfrentan mayores riesgos potenciales para su desarrollo.

Por medio de apoyo material (kits de aseo, alimentación y material educativo), espacios de orientación, así como talleres para el empoderamiento, la integración y diversas estrategias dentro de las comunidades a las que servimos, Bethany busca que los derechos de los migrantes puedan ser restituidos, en los casos en los que han sido vulnerados, protegidos y promovidos, para lograr una sociedad más próspera, justa y humana.

En los espacios seguros de Bethany, tanto en Cúcuta como en Bogotá, se busca garantizar la acogida a los migrantes que carecen de un sitio para pasar la noche, se les orienta y se les remite a otras organizaciones de apoyo en caso de que requieran atención especializada. De la misma manera, en espacios como los talleres deportivos y culturales para niños, niñas y adolescentes se busca la integración de los migrantes, su empoderamiento y la construcción de valores y herramientas que les permitan hacer frente a sus nuevas condiciones de vida de manera exitosa. Así mismo, espacios como El Círculo de Mujeres de Bethany en Bogotá se busca brindar soporte a las mujeres cabeza de familia para que puedan contar con las habilidades y recursos necesarios para garantizar el bienestar de sus respectivas familias.

De la misma manera, Bethany en cooperación con las organizaciones que conforman el Grupo Interagencial de Flujos Migratorios Mixtos aboga ante la opinión pública y las organizaciones gubernamentales para que los derechos fundamentales puedan ser garantizados en todo el país.

Toda esta labor no sería posible sin el soporte de nuestros donantes y de todas las personas que apoyan nuestro trabajo sobre el terreno. Te invitamos a hacer parte de este compromiso (Bien sea haciendo una donación mensual o puntual) para que los migrantes no sean olvidados ni relegados por sus condiciones de vulnerabilidad, de manera que sus derechos sean plenamente garantizados y puedan gozar del aprecio y el respeto de sus comunidades de acogida.