El viaje de los migrantes venezolanos a través de la Ruta de Caminantes

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La crisis de refugiados en Colombia continúa. Miles de personas huyen de Venezuela semanalmente para escapar de la pobreza, la corrupción y la violencia. De acuerdo a cifras de Migración Colombia, el número de migrantes venezolanos en el país ya sobrepasaba la cifra de 1.800.000 para el 2022, y este registro no hace sino incrementarse cada semana.

En muchos casos, Colombia termina siendo solo un lugar de paso para los migrantes que buscan otros destinos en el continente, viajando a países como Ecuador, Perú o incluso los Estados Unidos. Sin embargo, se trata de un viaje que implica múltiples riesgos y desafíos. El 1 de noviembre de 2022 se reportó que varios migrantes venezolanos se habían enfrentado a la guardia fronteriza de los Estados Unidos y muchos de ellos habían terminado gravemente heridos por las balas de goma que les fueron disparadas.

En otras ocasiones, cuando los migrantes logran establecerse en sus países de destino, ellos son víctimas de discriminación, la violencia y la xenofobia. No son pocas las circunstancias en las que los migrantes son vistos como aquellos que “vienen a quitarnos nuestros empleos” o como un problema de seguridad y orden público que debe ser eliminado mediante la expulsión de los extranjeros. A estas perspectivas negativas por parte de las comunidades de acogida se suma el hecho de que muchos de los migrantes provienen de graves contextos de pobreza y exclusión. Las familias y sus hijos literalmente luchan cada día por subsistir en medio de las situaciones más precarias.

El viaje en la Ruta de Caminantes

Pero antes de llegar a estos destinos, en los que su situación continúa siendo difícil, los migrantes venezolanos tienen que enfrentarse a los peligros de un viaje arduo, largo y agotador que se realiza a través de la denominada Ruta de Caminantes.

La Ruta de Caminantes es el primer evento que se realiza en Colombia, en el que diversas personas recorren a pie parte del trayecto que por días hacen los migrantes que salen de Venezuela rumbo a Colombia buscando una mejor calidad de vida. En otras palabras, la Ruta del Caminante es el camino que los venezolanos realizan a pie para salir de su país.

A lo largo de este recorrido, los migrantes se ven obligados a dormir a la intemperie y pueden enfrentarse a enfermedades o la insolación por causa de la caminata a cielo abierto, ya que no en muchas ocasiones no pueden encontrar refugio cuando el sol es abrasador o cuando llueve.

La ruta de los caminantes suele empezar en el departamento de Arauca y se extiende a lo largo de cientos de kilómetros hacia el interior del país, en Bogotá, y luego continúa hacia el sur durante un trayecto similar que puede terminar en Perú o Ecuador. Similarmente, los caminantes pueden terminar dirigiéndose al norte por La Selva del Darién, en un recorrido por Centroamérica que suele terminar en México o en Estados Unidos.

El apoyo de Bethany a los migrantes en la Ruta de Caminantes

En medio de esta ruta desafiante y llena de riesgos y peligros, los migrantes venezolanos necesitan de nuestra ayuda. La falta de recursos, las largas jornadas, el viaje con niños y adultos mayores, hacen que esta travesía sea especialmente difícil y estresante. Bethany se encuentra comprometida a ayudar a los migrantes en su viaje para que este sea mucho más seguro y llevadero. Por esto, fieles a nuestra misión de acompañar a los más vulnerables, operamos seis puntos de descanso a lo largo de la Ruta de Caminantes que lleva a los viajeros de Venezuela a Colombia, Perú, Ecuador y, a veces, hasta México. El viaje que hacen estos migrantes es de más de 450 kilómetros a lo largo de carreteras estrechas y sinuosas, subiendo y bajando puertos de montaña y atravesando condiciones climáticas extremas. La mayoría de los refugiados viaja a pie y su travesía puede durar más de tres meses.

El apoyo de nuestros donantes es vital para proporcionar a los caminantes de la ruta recursos para la satisfacción de necesidades tales como: Primeros auxilios y atención médica, apoyo psicológico, alimentación, hidratación, refugio, asistencia legal, reunificación familiar, fortalecimiento familiar y gestión de casos, así como transporte cuando este se encuentra disponible.

Durante los meses de abril, mayo y junio, Bethany continuó apoyando y sirviendo a los migrantes en los centros de acogida dispuestos en Cúcuta, Bogotá y Arauca. En este periodo atendimos a 1107 migrantes en Cúcuta, 2213 (1056 eran niños) en Bogotá y 229 (157 menores no acompañados) en Arauca. El apoyo de nuestros donantes hace que todo este apoyo humanitario sea posible y esperamos continuar haciendo mucho más en la medida en que más migrantes continúen viajando por la Ruta de Caminantes en territorio colombiano.