La acción humanitaria y su importancia en la promoción de la felicidad colectiva

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La felicidad es una meta fundamental de todo ser humano, es un anhelo íntimo y constante de cada persona que bajo diversas circunstancias puede verse realizado o no a lo largo de nuestras vidas.

Desde 2013, cada 20 de marzo las Naciones Unidas han celebrado el Día Internacional de la Felicidad como reconocimiento del importante papel que este valor desempeña en la vida de las personas de todo el mundo.

Sin embargo, pese a todos los esfuerzos por promover condiciones de vida más justa, óptimas y en las que la felicidad humana pueda prosperar, la felicidad a día de hoy está seriamente amenazada. Eventos como las guerras, las crisis económicas, las hambrunas, la persecución política, las pandemias y el cambio climático, son solo algunos de los factores que amenazan la felicidad.

El camino hacia el logro de la felicidad requiere de valores fundamentales como la amabilidad, la compasión y la solidaridad, especialmente en tiempos de crisis que amenazan de manera significativa la felicidad de los más vulnerables. Por esto, es importante reconocer que la felicidad individual pasa por la felicidad global con la colaboración de todos. No es posible dejar a nadie atrás en la búsqueda del desarrollo, la prosperidad y la felicidad.

La Felicidad como una prioridad de las políticas públicas nacionales e internacionales

Naciones Unidas decretó en la resolución 66/281 de 2012 que el 20 de marzo se celebre el Día Internacional de la Felicidad para reconocer la importancia de la felicidad y el bienestar como aspiraciones universales de todos los seres humanos. De la misma manera, el organismo internacional destacó la importancia del desarrollo de políticas de gobierno dirigidas a promover la felicidad de sus ciudadanos.

La resolución de la ONU reconoce además la necesidad de que se aplique al crecimiento económico un enfoque más inclusivo, equitativo y equilibrado, que promueva el desarrollo sostenible, la erradicación de la pobreza, la felicidad y el bienestar de todos los pueblos. Actualmente, las métricas de desarrollo que siguen instituciones como el FMI, el Banco Mundial, así como los estados, siguen siendo factores técnicos como el PIB, o el PIB per cápita que miden la producción bruta y material de un país, pero aún no se da relevancia a la felicidad, al crecimiento inclusivo, ni la distribución justa de la riqueza dentro de las mediciones.

La resolución del Día de la Felicidad fue iniciada por Bután, un país que desde principios de la década de 1970 reconoce el valor de la felicidad nacional sobre el de los ingresos nacionales y que prioriza la Felicidad Nacional Bruta sobre el Producto Nacional Bruto (PIB).

Cómo trabaja Bethany para promover la felicidad

La felicidad es subjetiva y su definición varía según la cultura que se examine o lo que una persona determine sobre qué necesita para ser feliz. Sin embargo, siempre es posible notar una serie de condiciones comunes en las que prospera la felicidad a lo largo de la mayoría de países y culturas. Factores como tener un refugio seguro, alimentación adecuada y nutritiva, una familia protectora y amorosa, acceso a servicios básicos de salud y educación, son solo algunos de los elementos que inciden positivamente en el desarrollo de una vida feliz y armónica.

Esto significa que en condiciones de vulnerabilidad y crisis, la felicidad se vuelve más esquiva para las personas. En este sentido, es preciso que la sociedad en su conjunto se apropie de este tema y apoye a las personas que debido a sus condiciones de vulnerabilidad ven frustradas sus aspiraciones de felicidad.

Por este motivo, como organización animada por la fe, actualmente Bethany está proveyendo múltiples recursos y servicios de acompañamiento a las comunidades más vulnerables de Colombia. El trabajo de Bethany se ha enfocado especialmente en la niñez y las familias en contextos migratorios y tiene como objetivo apoyar a la construcción de familias fuertes y resilientes que puedan responder a cada de las necesidades de sus miembros.

En este momento, Bethany provee sus servicios en ciudades como Cúcuta, Bogotá y Yopal, donde trabajamos en la reunificación familiar luego de los recorridos migratorios que separan a padres e hijos, la entrega de ayuda humanitaria a las familias que experimentan una mayor vulnerabilidad, la gestión de casos para apoyar los viajes de los migrantes, la entrega de kits educativos y de higiene, el empoderamiento de las familias, las mujeres y la niñez mediante talleres psicosociales para el reconocimiento y el desarrollo de capacidades y activación de rutas institucionales de apoyo.

Sabemos que la búsqueda de la felicidad continúa siendo esquiva para muchas personas, y por esto estamos decididos a cambiar las circunstancias sobre el terreno. Con tu ayuda, podremos continuar transformando más vidas de manera positiva. No dudes en hacer parte de esta transformación y atrévete a cambiar la vida de una persona que puede necesitar tu ayuda hoy. Con información de Naciones Unidas.