Empoderando a las familias en Etiopía en la construcción de un mejor mañana

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Sebilu Bodja es el Director de Operaciones de Bethany en Etiopía. Su trabajo ha estado enfocado hacia el fortalecimiento de las habilidades de las familias con hijos en Etiopía y de las comunidades del país que se han comprometido con el cuidado de acogida de transición.

Durante los últimos años Sebilu, junto con el equipo de Bethany, ha desarrollado un intenso trabajo en Etiopía para fomentar el cuidado basado en la familia en lugar del cuidado institucional, el cual se basa principalmente en los orfanatos.

En una entrevista reciente, Sebilu manifestó el agradecimiento inmenso que tiene con todos los patrocinadores de Bethany en todo el mundo. Gracias a la generosidad de nuestros donantes, Bethany ha logrado darle a los niños sin hogar la oportunidad de tener una familia a la que puedan considerar plenamente suya. Y para los niños que no tenían a sus padres a su lado, por muchas razones, esto significa mucho.

La importancia de la familia

Cuando los niños son acogidos por una familia, ellos son capaces de recibir el amor y el cuidado que antes no tenían. Ellos tienen ahora a personas que las acompañan continuamente en su camino de vida y a los que llaman papá y mamá.

Sin embargo, el trabajo de Bethany no se ha restringido a Etiopía únicamente. Sebilu piensa especialmente en todo el trabajo que se ha realizado en Haití y Ghana, donde Bethany está realizando un trabajo similar para mantener a las familias unidas y evitar que los niños sin padres terminen dependiendo del cuidado institucional.

Además de esto, todo el trabajo que Sebilu ha realizado en Bethany Global le ha ayudado a tener un significado mucho más amplio de lo que es la familia y por qué esta institución es tan importante para la sociedad. La familia significa todo para los niños, significa su protección, su cuidado, todo lo que los niños necesitan diariamente les es provisto por medio de la familia.

En África, los niños y las familias tienen múltiples dificultades, pero los niños que tienen una familia a la que puedan llamar suya, son afortunados porque lo tienen todo, indica Sebilu. Saber esto también ha cambiado la forma en que él se relaciona con sus propios hijos. Él sabe que ellos son especialmente privilegiados por tener una familia y que muchos no tienen ese gran regalo.

En Haití Bethany también ha promovido las familias de acogida y la adopción local. Allí, aunque las familias no tienen grandes comodidades, y en muchos casos carecen de las cosas básicas, hay un fuerte sentido de unidad familiar y las familias se están ayudando las unas a las otras para prosperar.

De vuelta a Etiopía, Sebilu recuerda la historia de una niña de cerca de dos años que fue abandonada en frente de un orfanato hace diez años. Para ese momento Bethany ya estaba implementando su programa de adopción en Etiopía, y en lugar de colocar a la niña en un orfanato, ella fue colocada en una familia. Lo que sucedió fue que las cosas no fueron fáciles para la familia. El padre recuerda que a la niña le tomó más de dos semanas poder decirle papá. Aún así, esto fue algo bastante significativo para él, fue una experiencia muy impactante, que aunque tomó algo de tiempo, realmente cambió su vida.

Naturalmente también fue una experiencia significativa para la niña porque ella era cuidada por múltiples personas antes de tener una familia, principalmente niñeras, pero ahora podía reconocer a una persona como parte de su familia, ahora ella tenía a alguien allí especialmente para ella.

El trabajo con las iglesias y las comunidades locales

Colocar a los niños solos en familias en Etiopía al principio resultó difícil. Las familias no estaban acostumbradas a acoger hijos que no fueran suyos o de su clan, ya que tenían una identidad local muy marcada. Pero por medio del apoyo de las iglesias esto ha venido cambiando. Las iglesias locales proveen una base de apoyo y un sentido de comunidad que les ayuda a las familias a sentir que no están solas en el proceso. Las iglesias oran por las familias adoptivas y organizan múltiples actividades en las que participan los niños y pueden sentirse como parte integral de una comunidad más amplia. De la misma manera, las iglesias también aportan recursos materiales y apoyan a los padres que pueden estar experimentando una situación económica difícil.

Pero colocar a los niños en familias no es todo el trabajo que hace Bethany. Fortalecer a las familias existentes es una parte esencial de este compromiso para proteger y cuidar a los niños. En muchos casos, la principal causa del abandono infantil suele ser la pobreza de las familias. En este sentido, las familias locales necesitan ser apoyadas y fortalecidas para evitar la separación.

Empoderando a las familias

Uno de los grandes problemas de muchas familias, indica Sebilu, es que las personas vienen de un ciclo de pobreza que les hace creer que la pobreza es una condición insuperable para ellos y para sus hijos. Frente a esta realidad, Bethany ofrece un programa de tres etapas con el fin de empoderar a las familias para que cambien su mentalidad y superen los ciclos de pobreza.

El programa de Bethany inicia con una fase de apoyo material en la que reciben ayuda humanitaria como alimentos, recursos para la educación de los hijos, kits de aseo, entre otros elementos. Al tiempo, las familias participan en talleres psicosociales en los que se enfatiza en la capacidad de los miembros de las familias de hacer frente a las diversas adversidades de la vida. En una segunda etapa, las familias obtienen acceso a créditos y servicios de microfinanzas, de manera que puedan iniciar sus propios negocios y ser autosuficientes. Todo esto viene acompañado de talleres de emprendimiento en los que se reconocen las habilidades de las familias y se les ayuda a estructurar un proyecto de vida nuevo. En la mayoría de los casos, la causa de la pobreza es el desempleo o el tener ingresos insuficientes, así que poder desarrollar una actividad comercial o vocacional les permite a las familias adquirir los ingresos suficientes para hacer frente a sus necesidades.

En la última etapa, las familias están listas para hacerse cargo de su situación y son autosuficientes. Esta es la meta final en el proceso de acompañamiento que brinda Bethany. El objetivo es tener familias más fuertes, más unidas, que reconozcan sus propias ventajas dentro del medio en el que viven y que no se separen. Si los niños crecen junto a sus padres, ellos podrán vivir infancias mucho más felices y plenas, con el sentido de que pertenecen a un hogar al que pueden llamar propio.

En este proceso, el trabajo de Bethany es mantener a las familias unidas y al hacerlo se evita la separación innecesaria de los niños de sus padres, así como el riesgo de que ellos terminen en orfanatos.

Algunas personas, cuando se enfrentan a la pobreza, piensan que sus hijos estarán mejor en orfanatos. Pero esto no es cierto, ya que aunque un orfanato pueda suplir las necesidades inmediatas de los niños, como alimento y refugio, no puede satisfacer las necesidades de largo plazo, como amor, sentido de unidad, confianza y pertenencia. Esto y mucho más es lo que las familias proveen y por eso es crucial protegerlas. Allí es donde entra Bethany, en conjunto con entidades como el gobierno y las iglesias, proveyendo recursos para salud y educación y para que los padres tengan fuentes de ingresos y sean capaces de cuidar de sus hijos.

Dignificar la vida de las personas

Al final se trata de que las familias y las personas puedan ser dignificadas, que recuperen su sentido de autoestima, y que se den cuenta de que la vida vale la pena. Para Bethany, como organización cristiana de ayuda, esto es muy importante, ya que encarna los valores y la misión de Jesús y de su llamado a vivir en unidad y armonía, ya que todos nosotros hacemos parte de una familia mucho más amplia, la familia de los hijos de Dios.

Finalmente, Sebilu señala que en Etiopía Bethany ha desempeñado un rol fundamental al apoyar a las familias refugiadas que provienen de Sudán del Sur. Los refugiados sur-sudaneses han estado llegando a Etiopía desde hace varios años, más de cuatro o cinco años. Muchos de ellos vienen buscando refugio y alimento, pero también tienen necesidades más amplias como educación, salud y apoyo psicológico. Bethany se ha comprometido allí, en cooperación con el gobierno para proveer programas de salud mental y servicios psicosociales. De esta manera, cada caso de salud es referido, respondido y tratado para que las familias puedan superar las experiencias traumáticas por las que han pasado.

Respecto a este último apartado, Sebilu indica que es muy importante no solo ayudar a las familias, sino también entrenar adecuadamente a las familias para que ayuden a otras. En Etiopía hay cerca de un millón de refugiados sur-sudaneses, solamente en Gambella. De manera que al no poder acceder a todas las personas, es indispensable brindar a las familias atendidas los servicios y la ayuda necesaria para que también puedan ayudar a otros. Un impacto de cerca de quince años

Sebilu se siente especialmente inspirado por todo el trabajo que ha realizado con las comunidades y familias de Etiopía y esto es lo que lo anima en su trabajo de cada día. En cerca de 15 años, más de 700 niños han sido adoptados por familias de acogida, se ha apoyado a más de 1500 familias para que puedan permanecer unidas, y muchos otros más han recibido apoyo para que sus familias puedan crecer y prosperar.

En definitiva, Sebilu agradece a todos los donantes y a todas las personas que apoyan a Bethany alrededor del mundo. Gracias a ellos, hoy muchos niños, niñas y adolescentes en Etiopía y otras partes del mundo tienen un hogar al que pueden llamar su hogar.