La desgarradora historia de separación y reencuentro de una familia que huyó de Venezuela

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¿Cuál es tu peor pesadilla? ¿Tu mayor miedo? ¿Es verte obligado a renunciar a tu hogar? ¿O ver a tu familia en peligro? ¿Qué hay de perder un hijo?

En este momento, muchas familias están viviendo esa misma pesadilla. Son refugiados que huyen de la violencia, la guerra civil y la opresión, en busca de seguridad en lugares nuevos y desconocidos.

Son refugiados como Samuel, Ana y Olivia.

Samuel y Ana huyen de Venezuela a pie

Samuel y su esposa, Ana, decidieron que su hogar en Venezuela ya no era seguro para ellos ni para su hija de 11 años. Su única opción para evitar las pandillas, la violencia y la guerra era abandonar su hogar. Con recursos económicos limitados, la única salida era salir a pie del país hacia la frontera con Colombia.

La caminata fue larga. Para la mayoría de los que huyen de Venezuela a Colombia, la caminata es de más de 400 Kilómetros. En automóvil, eso equivale a un viaje de más de 11 horas.

Imagina a esta familia caminando, durante días, arriba y abajo de las montañas en carreteras peligrosas y sinuosas, a través de ríos, con una niña.

Samuel, Ana y su hija partieron juntos, solo tres personas entre miles, en busca de ayuda y seguridad.

Piensa en las circunstancias que te obligarían a abandonar tu hogar y adentrarte en lo desconocido solo con las cosas que puedes llevar a tu espalda. Es difícil imaginar que esto le esté sucediendo a millones de personas en este momento.

La pesadilla de los padres se hace realidad: Olivia desaparece

En el caos de la caminata, Olivia, de 11 años, fue separada de su familia. En un abrir y cerrar de ojos, ella se había desvanecido.

Durante días, su madre y su padre la buscaron frenética y desesperadamente. Pidieron ayuda, pero esta no llegó. Olivia se había ido.

La peor pesadilla de los padres se hizo realidad. Su hija fue víctima de secuestro y tráfico, y no pudieron salvarla.

Sin embargo, la bondad de Dios prevaleció. Kilómetros más adelante, en un pueblo llamado Tame, Olivia recibió ayuda.

El personal de Bethany identificó la situación de tráfico y rescató a Olivia

La traficante, haciéndose pasar por la tía de Olivia, llevó a la niña a la oficina de Bethany en Colombia, pidiendo asistencia financiera. El personal capacitado rápidamente se dio cuenta de que Olivia no era la sobrina de la mujer.

Cuando se le preguntó sobre la situación, la traficante entró en pánico y desapareció.

Desafortunadamente, aunque alejada de las manos de una traficante de niños, Olivia seguía sola y separada de su familia, a días de distancia de donde sus padres la habían visto por última vez.

Buscar entre las multitudes para encontrar y reunir familias puede ser como buscar una aguja en un pajar. Las probabilidades no siempre son buenas y la situación se hace extremadamente angustiante.

Olivia se reencuentra con sus padres

El personal de Bethany comenzó a buscar a los padres de Olivia, los cuales se habían separado para buscar a su hija. Finalmente, su padre, Samuel, fue encontrado en una terminal de autobuses. Estaba angustiado, exhausto y hambriento. Lo llevaron a un refugio para que se duchara, comiera y pudiera procesar mentalmente todo lo que había pasado.

Coincidentemente, su esposa, Ana, estaba allí. Estaban encantados de verse y de saber que su hija estaba a salvo finalmente.

Ana y Samuel recibieron información sobre la experiencia traumática de Olivia y recibieron inmediatamente el apoyo necesario para ayudarla en su recuperación mental y emocional.

Hoy la familia de Samuel está unida. Puedes imaginar la emoción, el alivio, los abrazos, las lágrimas, la alegría, la tristeza y el amor en ese momento.

Pero no nos detenemos aquí. Simplemente no podemos. Hay más niños, más familias que nos necesitan. Juntos, podemos proteger y ayudar a estas familias vulnerables que buscan desesperadamente seguridad y estabilidad.

Puedes ayudar hoy donando, orando y compartiendo el mensaje de Bethany con otras personas que, como tú, se preocupan y quieren ayudar.