La salud mental de niños, niñas y adolescentes, un desafío crítico para la construcción de un mejor futuro

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En el mundo contemporáneo, la salud mental de niños y jóvenes ha emergido como una preocupación crítica. El estigma que rodea a las enfermedades mentales ha comenzado a disiparse, permitiendo una mayor comprensión de los desafíos psicológicos que enfrentan las generaciones más jóvenes. Según datos recopilados en 2020 por las Naciones Unidas, varias enfermedades mentales han sido identificadas como las principales que afectan a niños y jóvenes en todo el mundo. Reconociendo la magnitud de estos problemas y la importancia de brindar apoyo, se plantea la cuestión de por qué es crucial respaldar la salud mental de esta población vulnerable.

Las enfermedades mentales más comunes en niños y jóvenes 

Trastornos de ansiedad: Los trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada, fobias y trastorno de pánico, son comunes en niños y jóvenes. En 2020, se estimó que aproximadamente el 31.9% de los adolescentes entre 13 y 18 años en todo el mundo sufrieron de algún tipo de trastorno de ansiedad.

Depresión: La depresión es otra enfermedad mental prominente entre los jóvenes. En 2020, se informó que alrededor del 16.9% de los adolescentes experimentaron al menos un episodio depresivo mayor durante el año.

Trastornos del comportamiento alimentario: Los trastornos como la anorexia nerviosa y la bulimia afectan principalmente a adolescentes y jóvenes. Se estima que aproximadamente el 1.8% de las personas jóvenes han experimentado anorexia nerviosa en algún momento de sus vidas.

Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH): El TDAH es una de las condiciones más comunes en la infancia y adolescencia. En 2020, se calcula que alrededor del 7.2% de los niños y adolescentes en todo el mundo tenían TDAH.

Trastornos del espectro autista (TEA): Los trastornos del espectro autista afectan la comunicación y las interacciones sociales. En 2020, se informó que aproximadamente 1 de cada 54 niños tenía TEA, lo que indica su impacto significativo en la población más joven.

Por qué es tan importante apoyar a los niños, niñas y jóvenes que sufren enfermedades mentales 

El apoyo a la salud mental en niños y jóvenes es de vital importancia por varias razones:

Desarrollo integral: La salud mental sólida es esencial para el desarrollo cognitivo, emocional y social. Las dificultades mentales no tratadas pueden afectar negativamente el rendimiento académico y las relaciones interpersonales. En este sentido, los niños, niñas y jóvenes que presentan estas enfermedades tendrán la tendencia a rendir menos en la escuela, a renunciar a la universidad y a ver sus oportunidades laborales y profesionales seriamente afectadas. Así mismo, quienes sufren enfermedades mentales tienden a aislarse más de su círculo social, lo cual socava el tejido social y su entorno de ayuda, el cual puede ser vital en eventos como crisis económicas, desastres naturales, guerras y otros. 

Persistencia de la enfermedad mental en la vida adulta: Muchas enfermedades mentales tienen su origen en la infancia o adolescencia. La intervención temprana puede reducir la persistencia de estos problemas en la edad adulta. Cuando las enfermedades mentales no son tratadas de forma adecuada en la infancia y en la adolescencia, lo más común es que lleven continúen en la vida adulta y den lugar a la aparición de nuevos problemas relacionados, tales como el alcoholismo, la drogadicción, la violencia intrafamiliar, las autolesiones, la falta de un proyecto de vida sólido y mayores probabilidades de sufrir pobreza. 

Prevención del suicidio: La depresión y otros trastornos mentales pueden aumentar el riesgo de pensamientos suicidas. El apoyo adecuado puede prevenir estas situaciones trágicas. En las ocasiones en las que una familia ha visto que uno de sus miembros ha fallecido por esta causa, esto puede incrementar las probabilidades de que los sobrevivientes también sufran enfermedades mentales o tengan tendencias suicidas. 

Reducción del estigma: Al abordar la salud mental desde una edad temprana, se contribuye a desmitificar y reducir el estigma asociado con las enfermedades mentales. Cuando se reduce el estigma en torno a las enfermedades mentales es mucho más fácil que las personas afectadas pidan ayuda y enfrenten sus problemas de salud mental de forma exitosa con la ayuda de profesionales capacitados. 

Mejoramiento de la calidad de vida: El bienestar mental es fundamental para una vida saludable y plena. Brindar a los niños y jóvenes las herramientas para enfrentar los desafíos mentales puede mejorar significativamente su calidad de vida. Esto a su vez mejora las relaciones con su entorno, la felicidad familiar, su rendimiento escolar y sus probabilidades de ascenso social al poder integrarse de manera efectiva a la vida productiva. 

Concluyendo 

Los datos de salud mental de Naciones Unidas para 2020 enfatizan la necesidad urgente de abordar las enfermedades mentales en niños y jóvenes en todo el mundo. Las estadísticas sobre trastornos de ansiedad, depresión, TDAH, trastornos del comportamiento alimentario y TEA resaltan la magnitud de este problema. Apoyar la salud mental en estas etapas tempranas no solo beneficia a los individuos directamente afectados, sino que también tiene un impacto positivo en la sociedad en general. Al invertir en la salud mental de niños y jóvenes, estamos invirtiendo en un futuro más saludable, resiliente, feliz y próspero para todos. 

Con información de Naciones Unidas.