“Una espada de doble filo”, los grandes riesgos que enfrentan los niños, niñas y adolescentes venezolanos durante la pandemia

“Una espada de doble filo”, los grandes riesgos que enfrentan los niños, niñas y adolescentes venezolanos durante la pandemia Banner Image

La última encuesta de Visión Mundial, realizada en septiembre y titulada “Una espada de doble filo”, señala la terrible situación que hoy enfrentan los niños y las niñas venezolanos en medio de la pandemia y confirma los temores de un deterioro rápido y peligroso de la situación en la que se encuentran miles de ellos/as. Los estudios encontraron que una gran proporción de niños, niñas y adolescentes se enfrentan a condiciones que amenazan sus vidas y aplastan su futuro.

Las cifras más llamativas de la encuesta muestran que:

El 73% de las familias no tiene suficiente comida. La investigación de Visión Mundial encontró que una familia venezolana promedio recibe un ingreso mensual que equivale al 0.9% del precio de la canasta básica de alimentos, esto teniendo como referente las necesidades nutricionales mensuales de una familia de cinco personas. Por lo tanto, es necesario ganar 116 salarios mínimos para comprar la canasta básica de alimentos adecuada. Millones de niños y niñas se enfrentan al hambre en las zonas urbanas y rurales del país.

Para obtener alimentos, las familias han vendido o comercializado sus bienes, intensificando su precaria situación económica.

El 21% de los encuestados dijo que la separación de los niños y niñas de sus padres está aumentando; y

Casi la mitad (49%) de los encuestados dijo que el matrimonio infantil está aumentando debido a la crisis económica que la pandemia ha agravado.

55% de las familias han experimentado separaciones, lo cual genera conflictos para muchos niños, niñas y adolescentes y un estado de mayor inseguridad y ansiedad al dejar de recibir la ayuda económica de uno de sus padres.

Estimaciones recientes sugieren que 1,1 millones de niños corren el riesgo de abandonar la escuela, con un mayor porcentaje de niños que ya no asisten a la escuela.

20% de las personas encuestadas señalan que el trabajo infantil se ha incrementado durante la pandemia.

28% reportan haber visto niños, niñas y adolescentes en estado de mendicidad.

26% de indican que han visto a más niños trabajando para ayudar a sostener a sus familias y

Un 19 % señala haber visto a más menores de 18 años de edad vendiendo productos en la calles (como cigarrillos y dulces) para ganarse la vida.

El sector educativo también se encuentra en estado crítico en Venezuela. Debido a la migración durante el año escolar 2018-2019, el sistema educativo perdió el 30% de sus maestros a nivel nacional. Se estima que durante el año escolar 2019-2020 otro 50% de los educadores dejará Venezuela, lo cual hace que la perspectiva de futuro de los niños y niñas venezolanos sea aún más sombría.

Entre otros hallazgos que no solo comprometen la situación de los niños/as, sino de la población en general se encontró que:

54% de las personas carecen del acceso estable al servicio de agua potable y 25% de las personas no tienen acceso al servicio de agua potable en absoluto.

El 69.7% de las personas reportan que no tienen acceso a medicinas

60% de las personas reportan un incremento en la prevalencia de enfermedades y

42.7% de las personas no tienen acceso a electricidad.

Conclusiones y recomendaciones del estudio de Visión Mundial

Los datos presentados en este informe demuestran cómo la pandemia del COVID-19 ha exacerbado las vulnerabilidades de los niños y niñas refugiados venezolanos y los que permanecen en el país. Con base en los hallazgos de estas encuestas y la experiencia de responder a las necesidades de los niños y sus familias, tanto en Venezuela como los desplazados en la región, Visión Mundial hace un llamado a los donantes, líderes y partes interesadas clave y tomadores de decisiones a actuar ahora de manera decidida y comprometida para evitar que la situación continúe empeorando.

Entre las recomendaciones que da Visión Mundial se señalan:

Implementar la Resolución 2532 del Consejo de Seguridad de la ONU y Directivas de política de la ONU para aumentar el acceso a la salud y trabajadores humanitarios para satisfacer las necesidades prioritarias de las poblaciones afectadas.

Garantizar los programas de asistencia alimentaria y nutrición fundamentales (por ejemplo, mediante el manejo comunitario de la desnutrición) y regularmente evaluar la seguridad alimentaria y el estado nutricional de poblaciones vulnerables, en particular refugiados y migrantes.

Priorizar el fortalecimiento de los sistemas de salud, no solo fortalecer la capacidad de los servicios de salud y de primera línea que incluye a los trabajadores en la respuesta al COVID-19, sino asegurando la continuidad de los servicios esenciales maternos, neonatales e infantiles, de salud sexual y reproductiva y de servicios de nutrición para mitigar el riesgo de mortalidad y morbilidad. Los servicios deben estar disponibles para refugiados y migrantes, independientemente del estado.

Implementar una respuesta educativa al COVID-19 que llegue y apoye a los niños y niñas más vulnerables, en particular refugiados y migrantes, con discapacidades y aquellos en barrios marginales urbanos y asentamientos informales.

Incrementar urgentemente la financiación para cumplir con los necesidades de los niños mediante la financiación completa del Programa de Respuesta Humanitaria para Venezuela, en particular en expansión de presupuestos e inversiones destinadas a proteger a los niños de la violencia y apoyar a las poblaciones vulnerables, en particular las familias encabezadas por mujeres, con nutrición de emergencia, asistencia alimentaria, medios de vida y programas de ayudas monetarias directas durante la pandemia.

Garantizar que se dedique el 4% del total de la asistencia humanitaria a la protección infantil, en consonancia con los lineamientos de la Alianza para la Protección infantil y la acción humanitaria de 2019.

Garantizar el acceso adecuado a recursos y asegurar que los equipos de Coordinadores Residentes y Asistencia Humanitaria del país prioricen el compromiso colectivo con gobiernos, incluidas las autoridades locales y actores no estatales para abordar las restricciones de acceso y los impedimentos burocráticos.

En medio de la difícil situación por la que atraviesan millones de venezolanos, en especial los niños que ven gran parte de su futuro destrozado por cuenta de múltiples factores que se han sumado para configurar una auténtica catástrofe humanitaria, desde Bethany hacemos un llamado a todas las personas que cuenten con los medios necesarios a que se sumen a la lucha contra el hambre y las situaciones de carencia por la que atraviesan millones de niños y niñas venezolanos, especialmente los que se han refugiado en Colombia, a los que Bethany sigue apoyando con diversos programas de ayuda humanitaria y atención psicosocial en sus sedes de Cúcuta y Bogotá.